" BALANCE DE FIN DE AÑO "
Fin de año: incluye un balance y evaluación y planes para el próximo período. En nuestra experiencia, las cosas nos han resultado bastante distintas de lo que fueron nuestros planes ¿no?.
Ante la desorientación, el hombre ha buscado incesantemente los pronósticos y de alguna manera, poder adivinar el destino. El Zodíaco (et."círculo de los animales") tiene un aparente origen babilónico, con sus seis mil signos, como una pretensión de hacer concordar los acontecimientos terrenales con los celestes, como voluntad de los dioses, afectando en especial el curso de los gobernantes. Pasó a Grecia, Egipto, India, China e Irán. Y es allí, en la Grecia clásica, entre el S. VI y III a. C., donde se modifica y establece tal como se lo conoce actualmente, con los 12 signos, casas o constelaciones que aparenta recorrer el sol en el curso del año, aunque verdaderamente es la tierra la que se mueve.
Muy estimado por los árabes, persas y hebreos, este zodíaco griego fue recuperado durante la Baja Edad Media y llevado así a Europa y revalorizado durante el Renacimiento, con la pretensión de mostrar un sistema universal relacionando el macrocosmos celeste y el microcosmos humano. Eran conscientes de una globalización, pero se acumulaban especulaciones y suposiciones.
Posteriores conocimientos científicos alterarían la posición de las constelaciones y los signos zodiacales, quedando la astrología cada vez más distante de la astronomía y reduciéndose a una técnica adivinatoria inductiva, alejándose de la matemática y ahondando en lo religioso.
Esta aspiración de pronosticar minuciosamente los sucesos por la situación y aspecto de los planetas y la elaboración de horóscopos y cartas astrales reflejaría la arrogancia del hombre de querer, mediante profecías inventadas por su propio intelecto o basadas en especulaciones y suposiciones, elaborar una predicción de los planes de Dios, los cuales parecen contradecir lo que consideramos lógico, ya que lo divino excede la razón.
No es que somos víctimas de la casualidad, ni del destino marcado por los astros, sino de la predeterminada voluntad de Dios, quien no sería tal, si no pudiera hacer lo que quiere, tanto en la esfera celeste, como en la terrestre y especialmente en la espiritual. El hombre tiene el dominio sólo en la esfera inferior de la creación, mediante el libre y responsable uso de las cosas, aunque allí también necesita la cooperación de Dios.
Por eso, empezamos este nuevo año, en la confianza de que nadie ni nada puede impedir la voluntad de Dios, que es siempre buena y perfecta. Fuera del zodíaco, como interpretación astrológica, pero nunca fuera del alcance de Dios.
Diana Duvivier y Juan Casaretto
dicar1081@yahoo.com.ar
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