" AUDI TRABAJA PARA PONER A LAS ESTRELLAS EN SUS AUTOS "
En la época de los Oscar, las divas del cine adoran ser vistas en las fiestas correctas, vestidas con la ropa debida y luciendo los mejores diamantes. Celeste Atkinson quiere asegurarse de que las luminarias de Hollywood sean vistas también en los autos correctos. Los suyos
Atkinson, de 35 años, es la Gerenta de Estilo de Vida y Entretenimiento en Audi, un cargo de variadas actividades que se traducen al llano en ser un generador de rumores y noticias. Su misión es que Audi aparezca en películas y fotos de paparazzi, y gane crédito en la calle con eventos del entretenimiento.
Con la ceremonia de los Premios de la Academia este domingo encima, Audi intenta asegurarse de que las estrellas conozcan sus autos. Toda la semana, una flota de audis estuvo llevando y trayendo a las celebridades a las fiestas. En la gran noche, Audi ofrecerá el traslado a una soirée de Elton John donde el fabricante de autos exhibirá su última joya, un deportivo de 420 caballos de fuerza, el R8 de u$s120.000.
Atkinson, que sigue los pasos de empresas como Armani y la joyería Harry Winston que hace mucho trabajan con las galas del cine, aun descubrió un lema en el glamour y el éxito: "Los Audis son como los Oscar".
Quizás no sea el más pegadizo pero es uno que Atkinson espera resuene en la lista A con quienes trata -Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Naomi Watts, para mencionar algunos-.
En la tierra de Loto que es Hollywood, sin mencionar a Ferrari, Rolls-Royce y Porsche, Atkinson dice que hay un gran valor en poner un gran nombre tras cuatro ruedas. Con Ben Affleck en un Audi S8 deportivo sedan, éste "ya está siendo fabricado para un millón de personas" cuando se habla o se lo ve, afirma. No es sólo para estrellas de cine. Atkinson tiene también al arquitecto Frank Gehry en un Audi de 12 cilindros A8L.
"Nunca le pido a nadie que tome un Audi", dice Atkinson. "Los dejo probarlos por un par de días, y en el 90% de ese tiempo ellos vuelven y me dicen 'qué puedo hacer para tener uno'". Algunos, como el ciclista Lance Armstrong terminan comprando. Audi desearía que más norteamericanos hicieran esa pregunta. A pesar de haber hecho marketing por décadas en los Estados Unidos y haber ofrecido líneas completas de autos de lujo, la compañía teme no penetrar en el mercado tanto como en Europa.
"Nuestra preocupación general no es la del mismo nivel que BMW, Mercedes-Benz y Lexus," dice Mattias Braun, director regional para América de Audi en Alemania. Estima que tomará de tres a cinco años que las cualidades distintivas de Audi se instalen en la gente.
Aunque las ventas de Audi subieron 8,5% el año pasado, el market share no se movió nada. Permaneció con el 0,5% del total del mercado norteamericano, igual que desde 2000, cuando había subido un diez por ciento desde 1999. El año pasado Audi vendió menos de un tercio de vehículos menos que Lexus o BMW.
Audi, propiedad de Volkswagen, no tiene tampoco un gran presupuesto de publicidad. Aún los ejecutivos creen que sus autos son uno de los secretos mejor guardados en Hollywood. Por eso crearon la iniciativa del 'show business' el año pasado, incluyendo la contratación de Atkinson.
"Ella es excelente en manejarse con celebridades y los medios", dice Braun, merodeando un bar donde hubo una gala benéfica de Versace donde Atkinson trabajó.
Los sedan de Audi llevaron a los más grandes nombres de Hollywood a la fiesta. Penélope Cruz, Cindy Crawford, Mischa Barton, Brooke Shields y Christina Ricci llegaron en los asientos traseros de audis. Elton John cantaba "Rocket Man" y Paris Hilton daba vueltas por ahí, y Atkinson miraba en la sala de famosos donde Jennifer Lopez y Donatella Versace daban cátedra.
"Estuve trabajando un año para tener a Drew Barrymore manejando un Audi", suspira. Aunque no la consiguió, encontró otras estrellas. "Cuando quieras un auto, llamame", le dijo a un ejecutivo de discográfica.
Llegada de Seattle, el primer trabajo de Atkinson fue como compradora en Barneys New York de Beverly Hills, para abastecer los gustos de Tom Hanks y Steven Spielberg. Luego se fue a trabajos de eventos especiales, como para la revista Hollywood Life. Rápidamente aprendió el valor de tener contactos.
"Todos la conocen", dice Julia Verdin, cuyos créditos en la pantalla la incluyen como la coproductora ejecutiva de la adaptación de 2004 de El Mercader de Venecia con Al Pacino y Jeremy Irons. "No podrían haber hallado una persona mejor para ese trabajo".
Para detectar los cambios en la constantemente sísimica esfera social de las celebridades, Atkinson dice que no confía ni se basa en los tabloides. En vez de eso, consulta con editores o gente del ambiente cuando no está segura de si una celebridad tiene mérito suficiente para el auto.
Por ejemplo, Affleck, no sólo tiene una carrera en el ambiente sólida, sino también "quizás tenga un futuro en la política, por eso quiero invertir en él". La estrategia es sobornar, dice Johan de Nysschen, vicepresidente ejecutivo de las operaciones de Audi en Estados Unidos. "La gente habla de nosotros ahora. Estoy moviéndome en círculos donde la gente dice 'vi a tal y cual en uno de sus autos'".
Por supuesto, Atkinson tiene que mantener la actitud para poner a los autos en las manos de las estrellas. Ahora mismo, frente a los Oscar, no es problema eso. Sólo repita el mantra. "Audis son lujo. Son Oscar", entona. "Yo les cuento, ellos creen".
www.dossierpress.blogspot.com/ de JORGE MAIDANA, periodista, cronista y productor de FM FRECUENCIA 93.1 Mhz, DIARIO VIDA DE LANÚS y FIRENZE COMUNICACIONES INTERNACIONALES.
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